Afrontando la frustración con positividad
“Vamos, no te quejes tanto”, “venga, sé fuerte”, “aguanta un poco más”, “las cosas son como son, acéptalo”.
Instrucciones que has recibido en alguna ocasión, provenientes de tus padres/educadores, o incluso de ti mismo, en un intento por fortalecer tu resistencia a las dificultades. A veces pagarías lo que fuera por despertarte siendo más fuerte mentalmente de lo que te acuestas, ¿verdad?, porque en el fondo, sabes que el mejor de los recursos para alcanzar la felicidad no está ahí fuera, sino en tu interior.
Vas descubriendo que los obstáculos se presentan en tu camino periódicamente; algunos previsiblemente, otros inesperada o injustamente, el caso es que ahí están, interfiriendo tu paso y bloqueándote en algunos momentos. Entonces es cuando se hace tan indispensable la tolerancia a la frustración: el arte de aceptar todo aquello que, siendo inmodificable, no encaja en tus esquemas y no satisface tus deseos.
Una habilidad que, por supuesto, puede aprenderse y entrenarse. Pero ¿cómo desarrollarla si no es a través de pequeñas vivencias en las que te frustres? Aunque resulte paradójico, el ser humano puede provocar situaciones “artificialmente” que sirven de ensayo para adquirir aptitudes que luego son necesarias en condiciones “naturales o reales”
Tips para manejar mejor la frustración
Así que para ganar en tolerancia a la frustración, elige exponerte a algunas circunstancias tales como:
#Situaciones de espera
Aprende a soportar la molestia.¿Cómo? Seleccionando un contexto en el que voluntariamente te enfrentes a cierta incomodidad de forma continuada hasta la habituación. Por ejemplo: puedes elegir, contrariamente a lo que sueles hacer, colocarte en la fila más larga del supermercado para pagar, ejercitándote en tolerar la espera de una manera más adaptativa y llevadera (pensando, cantando, observando, etc.).
#Molestia física
Otra propuesta es llevar durante unas horas una goma de borrar dentro del zapato que te resulte lo suficientemente molesta como para notarla, pero sin que te haga excesivo daño. Observarás cómo al cabo de un rato te vas habituando y aprendes a considerarlo como “algo molesto, pero soportable”, facilitando así la extrapolación a otras situaciones en las que la incomodidad te vendrá impuesta.
#Cuando te dan un «No»
Cuando hagas una petición y te digan que te la conceden, haz el ejercicio de visualizarnos en la situación contraria, obteniendo un No por respuesta. Imagina la sensación de enfado o pena, y siéntela como un impulso motivador para la acción, buscando resolutivamente alternativas para la consecución de tus objetivos.
#Aceptación de control limitado
Cuando ocurran hechos o sucesos que no se ajusten a lo que esperabas o deseabas, imagínate a ti mismo con humor frotando la lámpara de Aladino, o manejando el control de mandos del universo. Es válido cualquier símbolo cómico y absurdo que te lleve a recordar que ni eres omnipotente, ni el Cosmos existe sólo para complacerte.
Conclusiones y propuesta:
A continuación un vídeo con algunas pautas más del psicólogo Juan Sánchez Porras en el programa «La Mañana» de Málaga TV:
¿Eres de los que se ahogan en un vaso de agua?
¿Crees que tienes buena tolerancia a la frustración?
Photo Credit: Oneras
[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]
Muy interesante y útil, Patricia, muchas gracias. Yo reconozco que a veces no soy muy tolerante ni conmigo misma ni con los demás, pero estoy intentando día a día hacer el ejercicio de ponerme en el lugar del otro, estos consejos que nos das, me pueden ayudar mucho a corregir esta actitud.
¡Viva la imperfección! Cuando intento ser más benévolo con los defectos de los demás, acabo siéndolo con los míos, y a la inversa. Todos tenemos algo que pulir y todas las situaciones pueden mejorarse, eso es una magnífica noticia, porque eso quiere decir que aún nos quedan cosas por aprender, vivir, sentir y hacer, y los obstáculos son parte del proceso.
Hola Dr quiciera recibir de su ayuda como puedo hacer para contactarme con usted
Hola Vanesa,
Para solicitar consulta o asesoramiento personalizado e individualizado basta escribas a consulta@tupsicologia.com
No obstante, ahora te escribo por privado a tu correo. Un saludo