Maldito arte de amargarse la vida
Cada segundo representa una elección: positividad o negatividad. Las dos opciones pululan en el ambiente, coexisten diariamente y se entremezclan en tus rutinas cotidianas. La automatización de tus actos y pensamientos te impiden ser plenamente consciente de la alternativa escogida, llegando a dar por sentado que nada puedes hacer para que el viento sople a favor o en contra; sin embargo, en ti está decidirte por atraer una u otra.
Por eso, entrenarte en averiguar cuándo empiezas a boicotearte es una de las mejores estrategias para ser feliz. Veamos algunas de las maneras más frecuentes de amargarte el día:
#1. La intolerancia.
Convertirte en detective encargado de observar y registrar cada uno de los fallos que tienen las personas que conviven, trabajan o se relacionan estrechamente contigo. Amaneces dispuesto a soltar reproches: “esto lo has dejado mal”, “no entiendo cómo puedes hacer esto así”, y poco a poco, en apenas unos minutos, has conseguido intoxicar el entorno hasta hacerlo casi asfixiante.
Por un lado, te has cargado de todas aquellas cosas de los demás que te molestan hasta transformarlas en insoportables, frustrándote y repitiéndote hasta la saciedad que “las cosas, los otros no deberían ser o actuar así”, y por otro lado, acabas de sembrar en los criticados una actitud hostil y distante hacia ti, pues se sienten atacados y desbordados por tus incesantes puntillas.
#2. Autobservarte físicamente de forma obsesiva
Basta con disponer de un par de minutos y auscultarte ligeramente, repasando tu fisiología (tasa cardiaca, temperatura, ritmo de respiración, etc.) para ¡bingo!: encontrar algo de lo que preocuparte.
Hay grandes expertos en autoexaminarse fisiológicamente, e incluso diagnosticarse graves enfermedades, sin ser doctos en la materia por supuesto, porque el sabotaje puede ser aún mayor si, además de dedicar diariamente tiempo a detectar alteraciones en el organismo, tienes el poder de adivinar terribles consecuencias, poniéndote en lo peor (“noto cómo mi corazón va a mil por hora, a ver si estoy a punto de sufrir un ataque cardiaco”)
#3. Elaborar una lista de quejas por todo aquello que te falta.
No hay nada como repasar las carencias propias para que a uno le invada la insatisfacción y la tristeza. Si pones el foco en lo que no tienes, lo que no eres y lo que no has logrado, está garantizado el sentirte desgraciado.
#4. Empaparte de personas tóxicas o noticias negativas.
Esta es una de las formas más rápidas de afligirse. A veces es bastante difícil resistirte a ella, ¿verdad? Quien más, quien menos ha experimentado la sensación de ir llenándose de negatividad cuando tiene que tratar durante un buen rato con alguien especialmente quejumbroso, pesimista o victimista.
De igual forma, habrás advertido cómo de repente te quedas consternado y abatido después de asistir durante treinta minutos al aluvión de sucesos de un telediario.
Es importante que localices las vías de autosabotaje para desecharlas en cuanto asoman, y así apostar lo máximo posible por la positividad. Las que te muestro en este artículo son sólo algunas de las vías de sufrimiento gratuito que puedes evitar, que puedes «NO» elegir, como así apuesta por ello Rafael Santandreu en su libro «El arte de no amargarse la vida»:
¿Has detectado cómo y cuándo te amargas la vida?
Hola me interesa mucho el tema auto-sabotaje, no soy psicóloga pero trabajo en un proyecto que consiste en detectar el auto-sabotaje en los jóvenes en el salón de clases, no se si pudieras recomendarme autores que se relacionen con esto me serviría mucho gracias.
Hola Stephany,
Enhorabuena por tu participación en dicho proyecto, parece muy interesante poder evaluar esas conductas de autoboicoteo desde las aulas en alumnos jóvenes. Por supuesto, puedes compartir tus experiencias en este ámbito en este blog y sugerirnos algún tema relacionado para próximos artículos.
Te dejo aquí algunas reseñas bibliográficas que pueden servirte de ayuda:
-SÉ POSITIVO. Acaba con tu actitud derrotista y descubre el poder de la autoestima. Abraham J. Twerski,
-COMO SUPERAR EL AUTOSABOTAJE. Alyce Cornin-Selby,
-CÓMO HABLAR PARA QUE LOS ADOLESCENTES LE ESCUCHEN. Adele Faber; Elaine Mazlish, (aut.)
Cuéntanos qué tal se va desarrollando la experiencia
Pero el ser «postivo» depende de tus éxitos; si has fracaso mucho, es imposible ser positivo. Es decir, la elección entre ser positivo y «negativo» está estrechamente relacionada con tu vida. Es muy difícil que una persona que ha fracasado con frecuencia sea positiva, y, al revés, es muy difícil que una persona que ha tenido éxitos frecuentes sea negativa.