El humor, un gran recurso educativo
Es de sobra conocido que el humor es terapéutico, los enfermos se recuperan antes de sus lesiones si se ríen durante el tratamiento (risoterapia). Lo que no está tan extendida es la idea del humor como recurso educativo; sin embargo, es un bien del que todos disponemos y resulta bastante económico para las instituciones.
Cualquier aprendizaje que se lleve a cabo en un contexto ameno, genera más motivación y perdura más en el tiempo. Por eso, sería altamente beneficioso que, padres y educadores, lo incorporáramos frecuentemente en nuestras charlas y listas de normas. No sólo captaríamos más la atención de los niños, sino que además abordaríamos la educación de una forma más relajada y positiva por nuestra parte.
Te regalo algunas propuestas para educar con humor:
#1. Permíteles que exploren el absurdo
Promueve que despierten su creatividad en los juegos, simulando que son animales con dos cabezas, que viven en una ciudad donde todos llevan la misma ropa, que existe una canción con palabras sinsentido, etc. En el mundo de la imaginación todo es posible y nos suscita una carcajada. De este modo, harás de ellos adultos creativos y resolutivos a la hora de abordar problemas.
#2.Tómate con humor sus trastadas.
Puedes reprobarles determinadas conductas, pero siempre desde la tranquilidad, sin que la angustia y los nervios te superen. Para ello, no hay nada cómo intentar relajarte antes de hablar, procurando no tomarte tan a pecho sus travesuras, ya que muchas pueden tener su lado cómico.
Así que cuando pinten en las paredes del salón, por supuesto diles que está mal y dales una hoja, pero además recuerda a los padres de la Prehistoria: toda su casa-cueva llenita de pinturas, huellas de mano y bisontes, y ellos, lejos de enfadarse, participaban también con sus hijos, y fíjate ahora lo llaman arte rupestre. Lo mismo tienes en casa a un Miró o un Goya, y tú sin saberlo.
#3. Ríe sus gracias.
A veces los más pequeños buscan entre los adultos un público fiel que les ría sus ocurrencias, disparates y creaciones varias. En la medida que sea posible (siempre que no implique peligro o costes innecesarios), aplaude sus chistes y parodias, es una buena manera de reforzar su individualidad y autoconfianza, al tiempo que les enseñas que en sus educadores, padres y familiares pueden encontrar alguien con quien compartir unas risas.
#4. Utiliza el humor para desdramatizar cuando hacen excesivo victimismo.
Si bien es cierto que es bueno permitirles que lloren y no negar sus sentimientos de tristeza, también lo es el hecho de que recrearse en el dolor y en lo negativo puede volverse en su contra. Por eso, después de haber empatizado con sus preocupaciones, haz uso del humor para ayudarles a poner el foco en otra cosa más positiva, facilitándoles la tolerancia a la frustración.
#5. Sirve de modelo positivo.
La mejor manera de trasladarles un enfoque constructivo centrado en el humor y en la resolución activa de los problemas es que, precisamente, les sirvas de ejemplo. Así que, cualquier situación real en la que te confundas, falles o tengas un lapsus es una oportunidad estupenda para mostrarles cómo nos levantamos de las caídas mucho más rápido, si nos lo tomamos con humor.
Un claro ejemplo de cómo los niños potencian su imaginación, humor y deseo de explorar dentro del juego absurdo, cómico y fantasioso son algunas de las cámaras ocultas que el programa de El Hormiguero de la Cuatro diseña para los más pequeños:
¿Conoces otros recursos educativos donde intervenga el humor?
¿Enseñas con humor?
Photo Credit: qualsevol_diA
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