«No tengo fuerza de voluntad»
Como si de una asignatura pendiente se tratase, cada lunes, inicio de mes o de año, vuelves a proponerte alcanzar ese objetivo que se te atraganta reiteradamente: aprender inglés, dejar de fumar, adelgazar unos kilos, ahorrar más dinero al mes, hacer más ejercicio, etc.
Una de las primeras cuestiones que sería bueno que te plantearas es:
¿Puedo conseguirlo realmente, está dentro de mis posibilidades?
¿Cuento con las habilidades, recursos y competencias necesarias para llegar a ello?
Si la respuesta es afirmativa, avanza a la siguiente pregunta:
¿Quiero lograrlo de verdad?
¿Estoy comprometido, motivado y lo deseo?
Si también es un sí, entonces ya puedes y quieres, ahora te faltaría saber cómo. Para la consecución de cualquier objetivo se hace indispensable fortalecer la fuerza de voluntad, ese motor que nos impulsa a la acción.
Revisemos algunas estrategias para aumentarla:
#1. Durante unos minutos al día, visualízate en positivo ejecutando con éxito aquello que persigues, intentando recrearte en la emoción que sentirías al obtenerlo.
#2. Disfruta durante todo el proceso, no sólo cuando llegas a la meta.
Todas esas pequeñas acciones que realizas para acercarte a un resultado final por sí solas cobran sentido si te las planteas de forma amena desde el principio. Disfruta aprendiendo, nadando, corriendo, comiendo sano, etc. Póntelo fácil. Las conductas se mantienen más en el tiempo cuando las llevamos a cabo en un entorno relajado y recreativo, en lugar de hacerlas por obligación.
Ponte música mientras ordenas, subraya tus apuntes con colores alegres, cocina algo sano para sorprender a tus amigos, etc. No hay una única manera de hacer las cosas, podemos hacer lo mismo de modos diferentes, otorgándole un toque de originalidad y diversión.
#3. Concéntrate en lo que vas consiguiendo, no en lo que te queda pendiente.
Para ello, comienza por evaluar con objetividad el punto del que partes. Si descompones en pequeños pasos alcanzables ese gran objetivo, será mucho más fácil motivarte para empezar, medir tu evolución y premiarte por cada escalón que vas subiendo.
#4. Cuando flaquees, recuerda que puedes y quieres.
Repítete, tanto como sea necesario, que has adquirido un compromiso contigo mismo, por el cual vas a hacer diariamente algo que te aproxima a tu meta. Las autoafirmaciones positivas son fundamentales, vigila cómo te hablas a ti mismo.
#5. Crea un hábito.
Cuántas más veces repitas una secuencia de acciones, más automáticas se van haciendo y menos esfuerzo te demanda, eso significa que tu voluntad se está consolidando. De ahí que seguir una rutina sea importante. Elige una hora y un lugar concreto donde siempre puedas llevar a cabo esa actividad, aunque no olvides dejar espacio para las excepciones (hoy he trabajado muchas horas, no iré al gimnasio, sólo andaré un poco), porque ser demasiado rígido aumenta la probabilidad de abandonar antes los propósitos.
¿Tienes fuerza de voluntad?
¿Eres constante en tus objetivos?
Photo Credit: Lara Danielle
Deje su comentario