Steve Jobs: las claves de su éxito
Hoy queremos rescatar algunas de las frases más significativas de Steve Jobs, empresario del sector informático y de la industria del entretenimiento estadounidense. Este fundador y presidente ejecutivo de Apple luchó hasta el final contra su enfermedad, y sin miedo a la muerte, nos dejó un gran legado de reflexiones a aplicar sobre el esfuerzo, la perseverancia y la superación personal.
Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición.
Nadie puede salvarse del deseo de agradar, porque todos somos seres sociales que crecen y se desarrollan dentro de un grupo. Hasta cierto punto, es normal tener en cuenta la opinión de los demás y desear recibir el “Ok” de aquellos que te importan especialmente, pero ¿dónde está el límite? Pues probablemente en el momento en que transformas el deseo de agradar en necesidad de aprobación. ¿Notas la diferencia?
No te esclavices a un esquema social o convencionalismo que vaya en contra de tu “yo auténtico”, porque puedes encontrarte, al cabo de los años, preguntándote “pero, ¿por qué he trabajado en esto?, ¿por qué he hecho lo otro?, o ¿por qué diablos me casé con esta persona?”
Como bien señala Jobs, escúchate a ti mismo, busca tu elemento. Cada persona sólo tiene una oportunidad de vivir, elige cómo hacerlo, los demás ya tienen su propia vida que no necesita ser clonada.
Pregúntate cuántas cosas de tu vida estás haciendo por un tercero: por no herirle, por no defraudarle, por evitar conflicto, por agradecerle, por su bienestar, por hacerle feliz, etc. Si la lista te sale demasiado larga, quizá es un buen momento para plantearte cuál es la vida que en realidad te gustaría vivir, ¿no crees?
Estoy convencido de que la mitad de lo que separa a los emprendedores exitosos de los que no triunfan es la perseverancia
Con esta frase, este magnate de los negocios ya te está revelando una de las claves de su éxito: la constancia y el no darse por vencido. Es cierto que hay circunstancias más o menos favorables, pero es más interesante concentrarte en lo que depende de ti, en el margen de maniobra que te concede la vida para reconstruir lo que te ha sido dado y quitado.
Para perseverar es necesario que trabajes dos cosas: tu tolerancia a la frustración y tu interpretación de los errores. Si incorporas los obstáculos como parte consustancial del camino, empiezas a aceptarlos sin detenerte en el “no soporto”, “no puedo con”, y pones más el foco en “cómo lo resuelvo”.
Además, es más fácil mantenerse en la consecución de un objetivo, cuando consideras los errores como información útil para los siguientes pasos. ¿El que la sigue la consigue? Pues desde luego tiene más probabilidad de hacerlo.
A veces fue únicamente el número de intentos lo que marcó la diferencia entre el lograrlo y no lograrlo.
Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Y si la respuesta era No durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo
Es una propuesta que puedes hacer como prueba de realidad para saber cuánto te estás desviando de tu “yo ideal”. No está de más planteártela de vez en cuando, ¿no te parece que a veces vives como si fueras eterno, sin valorar el tiempo tan limitado que tienes para desplegar tus proyectos?
Muchas veces pospones objetivos, aficiones, incluso el tiempo destinado a los tuyos, por el “ya lo haré”, “cuando vengan tiempos mejores”, “este no es el momento ideal”, etc., y con esas excusas nunca llega el día en el que, de verdad, vas a empezar a vivir cómo querrías vivir.
Le enseñé que si actuaba como si algo fuera posible, acabaría siéndolo. Le dije que, si fingía tener el control absoluto de una situación, la gente creería que lo tenía.
Esta es una buena estrategia para ganar en seguridad, autoestima y autoconfianza. Actúa como si la tuvieras, y tu conducta le dará una prueba a tu mente de que cuando crees que puedes hacer algo, consigues hacerlo. Háblate como si te gustaras a ti mismo, e irás notando cómo gradualmente te “encariñas” contigo.
Todos podemos interpretar un rol concreto y acabar metiéndonos de lleno en el papel, ¿por qué no hacerlo con situaciones que requieren de nosotros desplegar habilidades que tenemos en desuso? La idea movilizadora sería:
- ¿qué harías si tuvieras más autoestima?,
- ¿cómo hablarías en esta situación?,
- ¿cómo te comportarías en esta otra?
Hazlo, compórtate cómo quieras ser, y acabarás siéndolo.
Tu trabajo va a llenar gran parte de tu vida, y la única forma de estar realmente satisfecho con él es hacer lo que creas que es un gran trabajo. Y la única manera de hacer un trabajo genial es amar lo que haces. Si no lo has encontrado, sigue buscando. No te detengas. Al igual que con todos los asuntos del corazón, lo sabrás cuando lo encuentres. Y, como cualquier gran relación, sólo se pondrá mejor y mejor, conforme los años pasen. Así que sigue buscando hasta que lo encuentres. No te detengas.
Sé que puedes pensar al leerlo: “eso será para quién pueda elegir, porque a mí no me queda otra que currar en lo que toca, o en lo que hay, y darme por contento”.
Y tienes razón. Lo cierto es que no todo el mundo tiene el privilegio de tener un trabajo que le llene y le guste, pero lo que sí tenemos todos es la oportunidad de encontrar, dentro del trabajo que desempeñemos, alguna/s tarea/s en la/s que podamos desarrollar alguna habilidad de la que sentirnos orgullosos.
Otra opción que puede ayudarte es darle un sentido distinto a lo que haces, ¿pones ladrillos o contribuyes a construir lo que serán hogares para las familias? Pues eso ya, depende de ti. Puedes elegir sentirte parte de un gran proyecto, aunque obviamente no todos los contextos laborales te lo facilitarán en igual medida.
En el peor de los casos, cuando el trabajo no te lo permite, puedes buscar otras actividades donde actualizar tus habilidades y aptitudes, donde perder la noción del tiempo, disfrutar, implicarte y proponerte retos.
Finalizamos con un discurso del protagonista en la Universidad de Stanford:
¿Eres perseverante con tus objetivos?
¿Estás llevando la vida que realmente quieres? ¿Qué cambiarías?
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