La rutina sexual es la antesala del bajo deseo
¿Son buenas o malas las rutinas? Pues depende, como casi todo en la vida, si lo llevas al extremo, puede resultar peligroso y desaconsejable.
Si bien es cierto que las rutinas garantizan el orden y te hacen sentir seguro y cómodo, pues sabes a lo que atenerte; abusar de ellas, te niega la posibilidad de evolucionar y te conduce a la desidia y la apatía.
Esto ocurre en los distintos aspectos de la vida, así que por qué iba a ser distinto en el terreno sexual. Repetir una misma conducta, de la misma manera hasta la saciedad, aumenta la destreza hasta cierto punto, a partir del cual la motivación decrece y afecta a la eficacia con la que la desempeñes.
Si a un niño hay que incentivarle para estudiar variando los ejercicios de la asignatura, si a un trabajador se le estimula proponiéndole nuevos retos en su trabajo, y un consumidor necesita percibir modificaciones en el producto, ¿por qué esperas que la pasión se mantenga en tus relaciones sexuales con el simple hecho de repetir mecánicamente una rutina?
No te castigues, si tu deseo sexual está disminuyendo, pero tampoco te sorprendas, si se ha producido un estancamiento en tu vida sexual. La rutina en la esfera íntima es la antesala del hipodeseo y otros problemas sexuales añadidos.
¿Cómo se llega al aburrimiento sexual? Pues no es de la noche a la mañana, hay determinadas circunstancias que lo precipitan y lo favorecen. Es mejor tenerlas detectadas para ponerles solución cuanto antes. Veamos algunas de las más frecuentes:
#1. Norma rígida en el cuándo.
Como si se tratara de algo escrito en una normativa, puedes llevar meses, o incluso años, teniendo relaciones sexuales sólo los sábados, por ejemplo. ¿Por qué? “bueno es que es el día que no trabajamos; es cuando más descansados estamos; es cuando estamos más tranquilos, etc.”
En fin, que detrás de una lógica pragmática puede hallarse también la excusa que te lleva a asignar una cita planificada a tus encuentros íntimos de modo inamovible.
Es normal que tengas preferencias, pero no dejes que se transformen en normas rígidas y costumbres obsoletas a las que encadenarte de por vida. Pon excepciones en tu vida, ¿por qué no comienzas por cambiar el día estipulado, o el momento prefijado?
Descubre las ventajas de poder tener encuentros con tu pareja en otro día distinto al predecible. No hace falta que esperes a estar descansado para tener sexo, de hecho el sexo puede convertirse en una buena herramienta para inducirte un estado de relax y tranquilidad. Descansa después de haber hecho algo de ejercicio con tu pareja, dormirás mejor y más satisfecho.
Propuesta: Cambia la norma establecida sobre el cuándo hay sexo, o mejor dicho, elimínala. Elige otro día cualquiera, y otra hora diferente. No esperes a que se produzca el instante ideal para tener intimidad.
#2. Norma rígida en el dónde.
“¿Cómo que dónde?; ¿y dónde lo voy a hacer si no es en la cama?; hombre es que con los niños no nos vamos a poner en el salón”, etc. Si te planteas estas y otras preguntas semejantes, cuidado, porque significa que no sólo te has “acostumbrado” sin rechistar al mismo lugar para tener relaciones, sino que además, no contemplas la posibilidad de variarlo bajo ninguna circunstancia.
Antes que nada, conviene que empieces a sentir cierto control sobre la situación, porque de no ser así, será muy difícil que te plantees cambiarla. Primero desea cambiarla, y después ya te esforzarás por hallar el cómo. No se trata de hacer cosas extrañas, que te desagraden o te resulten excesivamente complicadas. De nuevo, apelamos al sentido común, intenta incorporar algún cambio en el lugar que destináis a la intimidad, dentro de tus preferencias, eso sí.
Propuesta: Tal vez puedas empezar por añadir sitos nuevos, sin eliminar el que normalmente es vuestro lugar. Puedes aprovechar:
- una ducha juntos;
- cambiar de estancia de la casa cuando dispongáis de un momento para los dos;
- probar a improvisar una cama en un lugar diferente al dormitorio;
- ejercitaros en la intimidad en vertical en lugar de la tan consabida horizontal de la cama;
- comprometeros a hacer escapadas o miniescapadas regularmente, donde el escenario de vuestra intimidad sea otro, etc.
#3. Norma rígida en el cómo
Este factor puede ser más difícil de detectar o reconocer, porque puedes caer en la justificación de “yo soy así”, “no sé hacerlo de otra manera”, “soy de gustos fijos”, “después de tantos años, qué vamos a hacer ahora de forma diferente”. Cuidado con autoconvencerse de esto para no esforzarse por introducir algún cambio positivo en las relaciones.
A lo largo de la relación de pareja, el sexo también va evolucionando y la pasión no permanece estable, y mucho menos, si no se hace algo por mantenerla. El aburrimiento puede invadir el área íntima ante la ausencia extrema de elementos novedosos. Esto no quiere decir que haya que inventar continuamente juegos sexuales, ni tener prácticas sexuales que son muy excéntricas, pero desagradan.
Propuesta:
- permanece abierto a las sugerencias de tu pareja;
- receptivo a leer sobre contenidos de sexualidad;
- dispuesto a hablar sobre sexo con tu compañer@;
- motivado a practicar posturas diferentes; introducir juegos distintos;
- conceder más peso a la sensualidad frente a la genitalidad;
- dar cabida a las fantasías sexuales,
- podéis comenzar haciendo tres peticiones respectivamente sobre cómo mejoraríais vuestras relaciones sexuales. La idea clave sería explora con todos tus sentidos.
Si de alguna manera te has sentido identificado en la rigidez del cómo, dónde y cuándo de tus relaciones sexuales, quizá estés padeciendo la apatía sexual que proviene de la rutina.
No esperes que el mero transcurrir del tiempo, por sí solo, mejore las cosas mágicamente. Tú puedes hacer algo para salir de este hastío en el que te has instalado. Y si no sabes cómo, pregunta al profesional, consulta.
A continuación un vídeo donde la sexóloga Silvia Sanz del canal Decasa nos aporta algunas recomendaciones para salir de la rutina sexual:
¿Tus relaciones sexuales te resultan aburridas y predecibles?
¿Te gustaría salir de la rutina sexual y recuperar la pasión?
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