Interrogantes sobre la psicología y la psicoterapia con respuesta
Con el artículo de hoy inauguro una serie, que iré ampliando, sobre las preguntas más frecuentes que nos hacen a los psicólogos relacionadas con la psicología y la psicoterapia. Algunas de ellas, me las han hecho pacientes, otras amigos o conocidos en la calle, etc. y creo que merece la pena que puedan ser contestadas con detenimiento, porque ya es hora de que la Psicología sea algo cercano y asequible.
¿Puedo engañar a mi psicólogo?
Sí, es posible. De la misma manera que puedes obviarle al médico que bebes alcohol o te automedicas, y decirle que ya no tienes un dolor, cuando en realidad lo tienes. Por poder, tú puedes omitir, cambiar u ocultar información a los profesionales sanitarios, lo cual, si lo piensas detenidamente, es absurdo y contraproducente para ti, porque dificultas el buen diagnóstico y, por consiguiente, una buena propuesta de tratamiento o ayuda.
No obstante, a medio plazo, el psicólogo puede ir detectando contradicciones en tu relato, incongruencias entre tu lenguaje verbal y no verbal (tono, gestos, etc.), e indicios de manipulación en la información, si los hubiere.
Ahora bien, ¿de verdad es al psicólogo al que engañas? ¿No estarías engañándote a ti mismo en realidad, invirtiendo un tiempo y un dinero en un recurso que sólo aprovechas al 20%?
Caso aparte es cuando necesitas ir desvelando gradualmente la información por dolorosa, falta de confianza, etc. (las llamadas resistencias terapéuticas), situaciones completamente normales, que se irán reduciendo a medida que te sientas más cómodo y se es establezca un buen clima terapéutico.
¿Puede un psicólogo ayudar a alguien que no quiere ser ayudado?
No se puede obligar a ir a alguien a psicoterapia, y no recomiendo que los familiares “engañen” al paciente para conseguir que éste acuda al psicólogo creyendo que va a otra cosa o a ver otro tipo de profesional, por muy buenas intenciones que haya detrás. No tiene sentido, no es ético, ni eficaz.
Si bien es verdad que los psicólogos podemos atender a pacientes con distinto grado de implicación y motivación en la terapia, también lo es el hecho de que uno de los factores clave en el éxito de la misma es, sin duda, la receptividad y el deseo de colaboración que traiga la persona a la consulta.
¿Así que bajo qué prisma se podría ayudar a alguien que no quiere recibir ayuda? Desde la Medicina y la Psicología, desde luego que no. Tendría que ser magia, para lo cual derivo directamente a hechiceros y hadas.
Es más, ¿por qué tendríamos que ayudar a alguien que no quiere ser ayudado? Puedes ofrecer tu ayuda, explicar tus funciones, animar y motivar para que se conceda la oportunidad de probar, pero no se puede persuadir ni coaccionar.
¿Tiene el psicólogo un sexto sentido o más intuición?
A día de hoy no recuerdo haberme matriculado en ninguna asignatura durante mi formación en Psicología que estuviera relacionada con habilidades paranormales o extrasensoriales que me facultaran para ejercer como psicoterapeuta.
15 años después de haberme licenciado, reconozco que la experiencia acumulada en este tiempo juega a mi favor a la hora de poder ayudar, pero sigo utilizando el mismo método de trabajo: evalúo a la persona, establezco una hipótesis, la contrasto, elaboro un diagnóstico en base a los datos y mis conocimientos, y hago una propuesta personalizada de intervención.
Vaya, que sigo sin hacer uso de ese sexto sentido que desconozco cuál puede ser. Lo que sí es cierto es que, además de la formación y la experiencia, en consulta hago acopio de otras habilidades emocionales como la empatía y el sentido del humor, pero sigo sin encontrar nada en ellas que se asemeje a algo mágico o esotérico.
No es necesario que el psicólogo tenga un sexto sentido, lo que sí ayuda, y mucho, es que el paciente sea honesto y el terapeuta sepa y quiera mirarle como un ser único e irrepetible.
¿Por qué el psicólogo no habla de su vida personal?
Según sea la corriente teórica a la que pertenezca el psicólogo será más o menos estricto o flexible al hacer alguna referencia sobre su persona al paciente.
En cualquier caso, conviene explicarle al paciente, especialmente cuando haga preguntas personales a su terapeuta que el foco principal de la terapia es él, y que es recomendable no desviar la atención hacia la persona del psicólogo, quien además no le va a orientar como amigo, según su vivencia o valores, sino como profesional desde su conocimiento y experiencia.
Particularmente, no me muestro rígida en este aspecto, pudiendo aportar alguna información personal cuando me la solicitan, siempre y cuando sea pertinente dentro del contexto terapéutico, y no nos desvíe del objetivo de la terapia.
Pero, ¿de verdad pueden cambiar las personas?
Cuando me hacen esta pregunta, me niego a responder con un “sí” o un “no” a secas. Necesito poder matizar: pero, ¿de qué hablamos exactamente’?, ¿de un cambio de personalidad? ¿de un cambio de pensamiento o de un cambio de conducta?
Si yo no creyera que los pensamientos y las conductas del ser humano pueden ser modificados en algún grado y en determinadas condiciones, ¿cómo iba a haberme formado en una disciplina que se dedica a ello desde mucho antes de que yo naciera?, ¿cómo iba a trabajar en esto? La Psicología es una ciencia y como tal avala la posibilidad de modificar lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos.
Ahora bien, he de especificar que existen cientos de estudios en Psicología que demuestran que nuestra personalidad resulta muy estable a lo largo de la vida, de modo que envejecemos como hemos sido.
Habrá excepciones, pero la tendencia es a mantenernos estables en nuestros rasgos de personalidad, lo cual no significa que no tengamos margen de maniobra para poder modificar algunos de nuestros patrones de pensamiento y comportamiento, especialmente si queremos hacerlo y sabemos cómo hacerlo.
El que siempre ha sido tímido no va a convertirse en relaciones públicas o el alma de la fiesta porque acuda a psicoterapia, de hecho la timidez no tiene nada de patológico en sí. Está bien ser tímido, tanto como ser extrovertido.
El problema es cuando un exceso de timidez te crea malestar o limitaciones en tu vida cotidiana, entonces la psicoterapia puede ayudarte a adquirir habilidades sociales que mejoren tus relaciones sociales y te hagan sentirte mejor, pero nunca perseguirá el objetivo de “convertirte” en alguien que no eres ni debes ser (extrovertido)
Dicho esto, añadiría: si no crees que debas cambiar, si no sabes qué podrías cambiar, si desconoces cómo podrías cambiar, ¿Cómo se va a producir el cambio?
Finalizamos con una invitación a la lectura con el libro:
500 PREGUNTAS A UN PSICÓLOGO (EBOOK). JORGE BARRACA , PLANETA, 2010
Afortunadamente, hoy en día ya no se piensa que los psicólogos ayudan sólo a los enfermos mentales; en realidad, muchas personas acuden a sus consultas buscando soluciones a problemas cotidianos. Con la intención de dar a conocer la Psicología, Jorge Barraca nos ofrece una selección de las preguntas más interesantes que los oyentes le han formulado en el programa radiofónico de Onda Voz.
¿Cuáles eran tus respuestas a estas preguntas antes de leer el artículo?
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