Cuando la botella de agua te acompaña a todas partes
Todos hemos oído en alguna ocasión los grandes beneficios que el agua aporta para la salud: mejora la absorción de los nutrientes de las comidas, ayuda al cuerpo a metabolizar las grasas más eficientemente, disminuye las infecciones, mejora el sistema inmunológico, etc.
Pero como todo en la vida, por muy sano que sea, si se toma en exceso puede acarrear problemas. Esto es lo que ocurre en la potomanía o polidipsia psicogénica, un trastorno poco conocido que consiste en la ingesta excesiva de líquidos (fundamentalmente agua) de forma compulsiva.
Es un trastorno de la alimentación no especificado (TANE) que tiene aspectos en común con otros trastornos del control de impulsos.
Si eres consciente de la cantidad elevada de líquidos que tomas sin capacidad de control alguno, lo primero que tienes que hacer es ir al médico para descartar algunas enfermedades o alteraciones orgánicas que pueden estar explicando tu conducta, tales como:
- Enfermedad renal crónica.
- Desórdenes orgánicos o patologías hormonales (como la diabetes mellitus, uno de cuyos síntomas es, precisamente, el exceso de sed).
- Uso de medicamentos, como antiinflamatorios no esteroideos, diuréticos tiazídicos y litio, que interfieren con la función del riñón, y fármacos anticolinérgicos (pueden provocar sequedad de boca como efecto secundario), etc.
- Alteraciones en el funcionamiento del hipotálamo (centro que regula la sed)
Una vez hayas descartado una causa orgánica, es recomendable que seas evaluado por un psicólogo y/o psiquiatra, pues son varios los trastornos psicológicos que pueden cursar con potomanía: esquizofrenia, trastornos de la personalidad, anorexia nerviosa, cuadros delirantes, etc.
Si eres potómano, sabes que puedes beber grandes cantidades de líquido diariamente (hasta 7 litros o más) sin previa sed, porque en realidad lo que te lleva a esclavizarte al agua es la ansiedad
Cuando bebes, por breves momentos, experimentas el alivio inmediato de la ansiedad, pero este refugio que encuentras en el líquido sólo es temporal, por lo que necesitas seguir ingiriendo más y más agua.
Es más probable que sufras de potomanía si tienes:
- Un trastorno alimentario como la bulimia o anorexia.
- Obsesión por adelgazar
- Otras adicciones (tabaco, comida, etc. ) que buscas sustituir con el agua
Qué puedes hacer para afrontar este trastorno:
#1. Sé honesto contigo mismo, acepta que tienes un problema.
Si bebes más de 3 litros diarios, de forma compulsiva y sin poder parar, llámalo por su nombre. No te engañes con el falso mito de que el agua nunca puede ser tóxica, o que hasta los médicos dirían que es bueno para la salud.
Cuánto más tiempo lo adornes con esas ideas irracionales, más lejos estarás de tu recuperación.
#2. Toma conciencia del peligro al que te expones.
Infórmate de las consecuencias nocivas que tiene el exceso de agua para tu salud:
- Deterioro del funcionamiento de los riñones.
- Alteración de la composición de la sangre (sólo debe tener un 8% de agua para que haya un equilibrio adecuado de fluidos y electrolitos)
- Insuficiencia cardiaca congestiva. La falta de potasio (mineral que se excreta en la orina) puede modificar el ritmo del músculo cardiaco.
- Mielinolisis central pontina por edema cerebral: los niveles de sodio se elevan demasiado rápido y se produce un daño neurológico que impide el buen funcionamiento de las neuronas, pudiendo causar la muerte.
#3. Identifica las primeras señales de alerta
No subestimes la importancia de estos síntomas que pueden estar avisándote de cómo tu organismo se deteriora ante la sobreingesta de líquidos:
- Calambres musculares y cansancio
- Náuseas.
- Dolor de cabeza.
- Parálisis.
- Pérdida de agilidad mental.
- Somnolencia profunda y prolongada (letargia).
- Convulsiones.
#4. Detecta las creencias irracionales que hay detrás de esa conducta compulsiva.
¿Por qué lo haces? ¿Qué pretendes conseguir con ello?
Cada vez son más las personas adictas al agua que encuentran en esta conducta compulsiva una forma insana de controlar su peso, su estética, su cuerpo. Es un falso control, pues se acaba tomando agua de forma obsesiva sin poder parar.
Lo paradójico de esta patología es que para controlar tu peso o una estética concreta, acabas perdiendo absolutamente el control de tu salud.
Falsas creencias:
“Beber agua siempre es bueno para la salud, la cantidad no es importante”
“Cuánta más agua beba, mejor, más adelgazaré”
Estas ideas son totalmente irracionales. Beber más de tres litros de agua diarios deja de ser beneficioso y resulta nocivo para la salud. Está demostrado científicamente.
#5. Consulta a un psicólogo.
En la potomanía se sigue un patrón similar a la anorexia, a la vigorexia (adicción al ejercicio físico) y a la obsesión por las dietas para estar delgado.
Bebes agua y compruebas cómo mejoras, con lo cual sientes cierto alivio; pero a la vez, refuerzas el pensamiento de que el agua es necesaria para estar sano y/o adelgazar, por lo que la obsesión sigue creciendo.
No te das cuenta al principio, pero has acabado esclavizado a la botella de agua, que se ha convertido en tu fiel compañera.
La psicoterapia te ayudará a ver la función que está ocupando en tu vida está compulsión, y te dotará de herramientas y recursos más saludables para gestionar tu ansiedad.
El objetivo de la terapia es conseguir un cambio de conducta: que se rompa esa asociación entre el consumo de agua y el estado de bienestar o el control de la ansiedad, aprendiendo a afrontar las situaciones estresantes por vías no perjudiciales para el organismo.
Si te sientes identificado en algún grado con este problema, consulta al psicólogo. Pregunta
Para finalizar un vídeo del canal matinallared sobre los peligros que conlleva la potomanía:
¿Crees que puedes estar padeciendo potomanía?
¿Tienes dificultad para controlar la cantidad de agua que bebes?
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