Causas de un bajo deseo sexual
¿Ya no buscas tan a menudo a tu pareja? ¿Sientes apatía, pereza o desgana con respecto al sexo? Quizá estés experimentando un cambio en tu libido, y no sabes muy bien a qué se debe.
Una vez descartamos la alteración orgánica o fisiológica (consultar a ginecólogo o urólogo), has de buscar una explicación psicológica, la cual comprende una serie de factores influyentes, tales como:
#1. Falta de tiempo y rutina.
El estrés y el llevar una vida cargada de actividades que se solapan, con una agenda excesivamente rígida, donde tienen poca cabida las excepciones y la espontaneidad, puede acabar relegando a un último lugar las relaciones sexuales, o bien convertirlas en algo mecánico y tedioso. Cada vez sientes menos interés o curiosidad por algo que ya sabes de antemano cómo va a empezar, continuar y finalizar.
#2. Comunicación deficitaria.
Hay muchas parejas que tienen serias dificultades para expresar lo que les gusta o disgusta en el terreno sexual, esperando a que sea el otro el que lo adivine con la consecuente inhibición sexual, porque ¿cómo vas a ir al encuentro sexual cuando hay algo que te incomoda o que echas en falta, y no te atreves a decírselo a tu amante.
#3. Enfados y conflictos.
Si bien es cierto que es más frecuente en la sexualidad femenina, también hay hombres que experimentan hipodeseo sexual cuando su relación de pareja está sometida a continuas discusiones y hostilidad. Mientras estás enojado, tiendes a aislarte y evitar el contacto físico. En ocasiones, puedes utilizar la retirada del sexo como castigo para hacerle entender al otro que algo te ha molestado, o para conseguir, de forma manipuladora, que tu pareja actúe según tus preferencias.
#4. Tabúes y prejuicios.
La disminución del deseo puede responder a la inhibición mental derivada de prejuicios, autocensuras y tabúes que se generan en torno al sexo por desconocimiento, patrones culturales, etc. Si crees que tus prácticas son algo sucio, pecaminoso, oscuro, etc., tenderás a avergonzarte y reprimirte, yendo con culpabilidad al encuentro sexual, por lo que acabarás asociando el sexo con una situación angustiosa o incómoda.
#5. Miedos.
A veces son los miedos los que se cuelan por las rendijas del deseo y lo minan. Temor a un embarazo no deseado, a contraer una enfermedad de transmisión sexual, a sentir dolor durante la penetración, a no dar la talla o cumplir las expectativas de la pareja, etc.
#6. Baja autoestima. Cuando no te sientes atractivo, desconfías de resultarlo para el otro, entonces te muestras inseguro, llegando incluso a evitar poco a poco el sexo para no exponerte a ser rechazado. La confianza en ti mismo es primordial para desenvolverte con libertad en el mundo del placer.
Todos estos factores enumerados son salvables y puedes afrontarlos de manera activa, porque el deseo sexual es algo que, como veremos en próximos artículos, puede aprenderse e incrementarse.
Empieza por el despertar de los sentidos y la autoexploración de lo que te gusta como primer peldaño, esto es lo que propone la psicóloga de salud.facilisímo.com en este vídeo sobre la falta de apetito sexual:
¿Has perdido las ganas de sexo?
¿A que crees que puede deberse tu bajo deseo sexual?
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