Técnica para reducir la agresividad en la comunicación
¿Comunicación agresiva o asertiva? En cuestión de segundos, podemos pasar de estar charlando amigablemente a encontrarnos en medio de una batalla dialéctica en la que no hemos querido entrar y de la que no sabemos cómo salir. Esta situación especialmente incómoda puede darse cuando:
- el interlocutor que tienes al lado interpreta erróneamente como una ofensa algo que has dicho
- no tolera adecuadamente los desacuerdos, intenta imponer a toda costa su opinión como verdad absoluta
- deja caer comentarios hirientes, sarcásticos o agresivos, se manifiesta desconfiado, incomprendido o frustrado, etc.
En estos casos, tienes dos opciones:
#1. El “y tú más”
Consiste en responder atacando con ofensivas cada vez mayores, contribuyendo a una escalada de agresividad, en la que se compite por situarse encima del otro, pase lo que pase, aunque haya que gritar, descalificar o mostrarse mordaz.
No es recomendable, bajo ningún concepto, pues lejos de intentar acercar posturas, lo que hace es intoxicar la comunicación, generar un alto estado de ansiedad en los participantes que imposibilita el intercambio de información de manera fluida y positiva.
#2. Otra alternativa es la técnica del espejo
Forma parte de las habilidades asertivas para defender tus derechos y tu opinión, sin ser manipulado ni manipular. Se utiliza cuando la otra persona empieza a responder con agresividad o actitud defensiva, y se quiere evitar degenerar en una conversación hostil. Puede llevarse a cabo de dos modos:
- Poniendo el foco de atención en el contenido, en lo que dice, obviando sus formas, por muy destructivas que sean. Haciendo una escucha activa: repitiendo al otro el mensaje que te da, le transmites que le entiendes y que puede expresar otras demandas, sin que por ello tengas que estar de acuerdo con él. Si se siente comprendido e invitado a expresarse, es más probable que disminuya su agresividad o “baje las armas”.
- Poniendo el foco en los sentimientos del oyente. Al reflejarle sus sentimientos le devuelves con empatía una imagen de sí mismo que le ayuda a tomar conciencia de cómo se está sintiendo, así le facilitas que ejerza control sobre su agresividad. Además, puedes proponerle de forma conjunta (utilizando el plural) dar un giro a la conversación:
“Sé que estás molesto, te noto enfadado, estás elevando la voz, ¿podríamos hablar de forma más relajada?, o ¿qué te parece si hablamos de esto en otro momento cuando estemos más tranquilos?”
Ahí van dos recomendaciones para lidiar con la agresividad que nos llega por parte de terceros:
- Cómo tratar con personas difíciles de Roberta Cava
- El arte de hacerse respetar de Barbara Berckhan
¿Qué haces cuando hablas con alguien que transmite agresividad?
¿Tu comunicación es agresiva o asertiva?
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