Padres sobreprotectores, hijos dependientes

¡Qué no harías por tu hijo!, ¿ verdad? La llegada de un hijo es uno de los cambios vitales más profundos, enriquecedores y…estresantes. Tu vida se transforma, empiezas a contar con una motivación muy potente y…con una preocupación más, ¿no es así?

Es inevitable, el día que eres padre firmas un contrato irresoluble de preocupación indefinida por tu cachorro. No te engañes, la preocupación no desaparece cuando cumple un año, o ya tiene 10, o acaba la adolescencia, o encuentra su primer trabajo, o por fin tiene novi@.

Entonces, ¿esta sensación siempre me va a acompañar?

Sí, la inquietud por su bienestar es inherente a la paternidad y maternidad, no es específica de una etapa evolutiva en concreto.

Ahora bien, lo que afortunadamente varía es la intensidad con la que vas a experimentar esta preocupación a lo largo de tu vida como padre o madre.

La clave es aprender a convivir con cierta dosis de inquietud,

a la vez que gestionas tu miedo para que no te limite, ni condicione la vida de tu hijo.

Si dejas que la preocupación te invada, se transformará en esa ansiedad que te llevará a sobreproteger a tu hijo, con la mejor de las intenciones, por supuesto, pero no siempre con las mejores consecuencias o efectos.

Empecemos por un poco de autoconocimiento, ¿crees que puedes estar excediéndote en la protección que intentas dar a quien más quieres?

Veamos si eres un padre sobreprotector…

Contesta con un sí (la mayor parte de las veces) o un no (en pocas ocasiones).

#Cuando tu hijo tiene algún conflicto con algún compañero o amigo, le dices lo que tiene que contestar e intervienes directamente para defenderlo.

#Te resistes o te niegas, salvo fuerza mayor, a dejar a tu hijo al cuidado de otras personas, aunque sean de tu confianza.

#Cuando tu hijo sale con amigos o hace algún viaje o excursión, cuentas los minutos para que vuelva o te llame, y vives con ansiedad hasta su vuelta.

#Necesitas dar el visto bueno a las tareas o decisiones que toma tu hijo.

#Sigues haciendo tareas o actividades a tu hijo para las que él está capacitado o preparado en cuanto a madurez.

#Te sientes absolutamente responsable de todo lo que le ocurre a tu hijo.

#Tienes que estar detrás de tu hijo, o sentarte con él, para que realice las tareas escolares, aunque los profesores te comentan que ya puede llevarlas a cabo él solo.

#Cuando tratas de proteger a tu hijo, no puedes evitar contarle todo lo malo que puede sucederle y las nefastas consecuencias que puede experimentar, si no hace lo adecuado.

#Intentas negar, cubrir u ocultar los errores de tu hijo de cara a los demás. Por nada del mundo quieres que se sienta mal por ello.

#No toleras que otro adulto corrija a tu hijo, para eso estás tú que eres el único que realmente le conoce bien.

#En muchas ocasiones, tomas decisiones por tu hijo, aunque otros le pregunten a él, porque tú sabes lo que es mejor para él.

#Cuando tu hijo no está contigo, necesitas saber con quién va a estar, dónde y cuanto tiempo. Te gusta tener todo bajo control y conocer bien antes a los amigos y a los padres de los amigos con los que se relaciona.

Si has contestado afirmativamente a la mayoría de las cuestiones, entonces tal vez te hayas convertido en lo que viene a llamarse “un padre helicóptero”, aquel que se preocupa en exceso de su hijo, siguiendo un modelo educativo hiperprotector.

Hablamos de un padre o madre que ha de resolver todos los problemas de su hijo, incluso los banales, evitándole todo obstáculo en su camino, preparado para defenderle y actuar por él en cualquier momento de dificultad, tenga la edad que tenga su hijo.

Sin embargo, esta actitud en la crianza de tu niño, no sólo es contraproducente para ti (pues acabas agotado, estresado y en permanente estado de alerta) sino para él, porque:

  • Le privas de la oportunidad de fallar, de tolerar en el futuro sus propios errores y los de los demás, de obtener un aprendizaje de ellos.
  • Refuerzas su dependencia hacia ti, y su pérdida de autonomía. Tendrá más dificultad para valerse por sí mismo, llevar la iniciativa y ser resolutivo.
  • Fomentas sus miedos y la percepción del mundo y de los otros como algo hostil y peligroso, de lo que tiene que desconfiar siempre.
  • Potencias su inseguridad con respecto a sus propios criterios, preferencias o decisiones, puesto que se habitúa a que tú decidas por él.

Sé que estarás pensando “yo pensaba que hacía lo mejor para él; yo vivo por y para mi hijo” Está bien, es perfectamente válido y sano que le ames, que te ocupes, e incluso que te pre-ocupes, pero ten en cuenta que, por mucho que te lo propongas, no puedes evitarle todas las caídas, ni asegurarte de que no sufra jamás.

La buena noticia es que, al mismo tiempo que tu hijo crece y se desarrolla, tú puedes desarrollarte como padre en el amor sano.

¿Cómo?

  • Relativiza sus errores. NO los dramatices, pues en realidad son oportunidades de aprendizaje. Permítele escoger, fallar, aprender, retroceder, cambiar de opinión, etc. Concédele su derecho a elegir su camino. Puedes acompañarle en algunos tramos, orientarle cuando esté perdido, pero no camines por él, ni le diseñes la ruta en función de tus miedos.
  • Renuncia a tenerlo todo bajo control. Te pongas como te pongas, algunas variables escaparán a tu zona de actuación y conocimiento. Diversifica tu atención, ¿recuerdas qué otras inquietudes, aficiones, intereses, relaciones, etc. te motivan además de ser madre o padre?
  • Espera a que te pida ayuda. Date un tiempo antes de intervenir. Exprésale que estarás ahí para lo que necesite, pero disfruta de verle capaz, competente, resolutivo.

Finalizamos con un vídeo de la Conferencia de María Jesús Álava Reyes: «Sobreprotección. Pasarse de padres y madres» de Gestionando Hijos:

 

¿Te consideras un padre sobreprotector?

¿Te cuesta dejar de proteger o controlar a tu hijo en exceso?

Por | 2017-07-08T15:33:40+00:00 julio 26th, 2016|Psicología Infantil|Sin comentarios

About the autor:

Licenciada en Psicología por la UAM, Col. Nº M-16099. Experto en Psicoterapia Breve. Máster en Sexología y amplia experiencia como psicóloga y formadora en el área de la psicología de la salud y la educación. Fundadora de Tupsicologia.com, asesoramiento psicológico presencial y on line, un apoyo profesional y cercano

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POR LA AUTORA DE ESTE BLOG

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