Aprendiendo a ponerse en el lugar del otro
Invertimos bastantes años de nuestra formación académica en mejorar nuestra capacidad de rotar figuras en el espacio, nuestro vocabulario, nuestro razonamiento lógico, nuestro cálculo y comprensión verbal, nuestros idiomas, etc., lo cual está claro que luego tiene sus ventajas y aplicaciones en la vida cotidiana.
Pero, ¿qué pasa con la Inteligencia Emocional?, ¿cuánto tiempo invertimos padres y educadores en potenciar en los niños este tipo de habilidades sobre la gestión de las emociones? No está tan claro, y desde luego no hay un aprendizaje tan reglado ni sistemático en este terreno como en otros ámbitos o disciplinas.
Sin embargo, es igualmente importante, o tal vez más, para ser feliz y establecer relaciones sociales sanas y satisfactorias. Una de estas habilidades emocionales indispensables es la empatía: la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de ver por sus ojos y conocer sus pensamientos y sentimientos.
¿Cuántas veces te has sentido incomprendido por alguien? ¿Cuántas veces te hubiera gustado poder entender el comportamiento de alguien a quien aprecias, y no lo has conseguido? Si eres consciente del valor que tiene entender y ser entendido, seguro que estás abierto a entrenarte en esta habilidad.
En ese caso, enhorabuena, porque desde luego que la empatía se puede aprender. Es cierto que hay personas que tienen mayor facilidad para mostrarse empáticos con los demás, pero como otras habilidades es algo que se puede adquirir a base de ejercitarse diariamente en ello.
Ahora bien, conviene hacer una aclaración para no dar lugar a malentendidos. Mostrarse empático con alguien es una destreza básica de la comunicación interpersonal, que no tiene que ver con estar de acuerdo con la otra persona, aprobar sus comportamientos o compartir sus valores.
Hay quien tiene miedo de ser empático, porque piensa que, si consigue “entender” a la otra persona, y calzarse sus zapatos durante unos momentos, tendrá que darle la razón o compartir lo que el otro está pensando o sintiendo, y esto no es así.
No temas, puedes tener empatía, capacidad para comprender por qué otra persona piensa de una determinada manera, sin que necesariamente lo apruebes o simpatices con ello. Es una habilidad que te acerca al universo emocional del otro, pero no te obliga a identificarte con él.
Dicho esto, quizá ahora te sientas más predispuesto a desarrollar tu empatía. Aquí van algunas propuestas para mejorarla:
#1. Escucha sin emitir juicios de valor.
Por supuesto que puedes dar tu opinión cuando alguien te expresa un contenido personal, especialmente si te la pide, pero esto no está reñido con que te muestres empático e intentes hacer una escucha activa.
Si quieres entender verdaderamente a la otra persona, escúchala sin interrumpirla, pospón tu opinión hasta que hayas conseguido ver lo que te cuenta desde su mirada, su forma de pensar, sus costumbres, sus valores, y sus creencias.
Se trata de ver la película desde los ojos de uno de los implicados, no de juzgar a uno de los personajes. Si directamente le juzgas, negándole el derecho a sentir o pensar así, es muy probable que la otra persona se sienta incomprendida, molesta y a la defensiva.
#2. Acepta y tolera las diferencias.
Para ser empático hace falta tomar conciencia de que tu visión del mundo no es la única, de que tu manera de ser y comportarte no es una verdad absoluta y universal.
Cuando te relaciones con los demás, se consciente de que somos seres únicos, diferentes y que respondemos a los estímulos de forma distinta según nuestros valores, educación, patrones de pensamiento, experiencias vividas, predisposición biológica, aprendizajes anteriores, etc.
Tener esto en mente, te ayudará a saber leer desde otra perspectiva el discurso de los que se comunican contigo. Acepta que hay otra manera de ver las cosas, e interésate por conocerla desde la honestidad, no necesitas compartirla o estar de acuerdo para ello.
#3. Da feedback o señal al otro de que le entiendes.
Aunque es importante escuchar, no es el único elemento para transmitir empatía. Si quieres mostrarte empático, es necesario que le hagas saber a la otra persona que le entiendes, que eres capaz de imaginar lo que puede estar describiendo, sintiendo o pensando.
Para ello, puedes ayudarte de la técnica de parafrasear: decir una frase corta que refleje lo que la otra persona ha dicho. “Decir lo mismo con diferentes palabras”.
Algunos ejemplos de frases que puedes utilizar son:
- Piensas que…
- Quieres decir que…
- Es decir, que piensas que…
- Bajo tu punto de vista …
- Comprendo lo que te pasa, es que…
- Por lo que te estoy entendiendo, quieres decir que…
- Por lo que me parece comprender tienes…
#4. Sal de ti mismo y del egocentrismo.
Alguien constantemente preocupado por sus necesidades y sus intereses, sin tener en cuenta cómo pueden ser las necesidades de los que le rodean, o ignorando cómo `puede estar sintiéndose el que tiene al lado, está demostrando una falta de empatía más que notable.
Esta carencia no sólo puede mostrarse en su comportamiento, sino también en determinados comentarios egocéntricos en las conversaciones, como por ejemplo:
- Acabar siempre con referencias propias cuando el interlocutor intenta expresar su vivencia: “peor fue lo mío que…”; “a mí me pasó una vez que…”; “como a mí que…”; “si te cuento yo lo mío…”, “lo que sí fue llamativo fue mi caso que…”
- Interrumpir constantemente al otro para hablar de sí mismo: “Hombre yo…”; “Yo lo que tengo claro es que…”
De ahí que una pauta indispensable a incorporar, si quieres aumentar tu empatía, sea comenzar por pensar un poco más en los demás, alejándote del pensamiento egocéntrico, teniendo en cuenta que el resto también tienen derechos, emociones, circunstancias que les afectan, y quieren sentirse valorados y escuchados.
Empieza por observar a las personas que tienes más cerca de ti: tus allegados, familiares, amigos, compañeros de trabajo. Imagina cómo pueden estar sintiéndose, cómo les afecta algo en particular, cómo pueden estar interpretando un acontecimiento desde su propia individualidad.
A continuación, un vídeo de Elsa Punset del programa Para todos La 2 hablando de la escucha atenta:
¿Crees que eres empático?
¿Te cuesta ponerte en el lugar de los demás?
Muy bueno el artículo, como siempre ayudando a los demás, a entender a las personas, a entendernos a nosotros mismos y a poder mirar nuestro interior para reflexionar.
Vivimos en una sociedad donde nos olvidamos de mirar lo que nos rodea.
Gracias Patri, todos los días un pasito y un poquito más.