Cómo ser la mejor madre del mundo mundial

¡Qué madre no sueña con conseguir la fórmula mágica que le otorgue tal título! Cuando leí por primera vez el artículo invitado de hoy de MaryShine, no pude por menos que verme reflejada en muchas situaciones, un tanto cómicas, como creo te pasará a ti y al 99% de las madres que, además de profesionales, somos malabaristas de corazón.

Pero es que también, me sorprendí a mí misma emocionada, bueno, confieso, con los ojos llorosos (soy de lágrima fácil) al leer los últimos párrafos con esa hermosa propuesta liberadora en la que una madre encuentra el sentido de su maternidad en esos paréntesis cotidianos.

¡Gracias y adelante MaryShine!

 

Para ser la mejor madre del mundo mundial es muy importante cumplir todos los requisitos:

El primero de ellos es tener un hijo, obvio.

Pero no siempre es fácil. Llegan ocasiones en las que tienes que aguantar frases como: «¿y vosotros cuando os animáis?», «¿es que no pensáis tener hijos?», o mi favorito, «se te va a pasar el arroz» etc. Conseguir ser madre es, en muchos casos, tarea complicada. Pero bueno, vamos a partir de la base de que por fin tenemos a nuestro bebé.

Por supuesto hay una serie de pautas de obligado cumplimiento:

  • Tiene que comer cada tres horas, pero claro también debería de tomar a demanda.
  • No hay que dejarle llorar porque le crea un trauma al sentirse abandonado; pero por otro lado, tampoco hay que atenderle enseguida porque si no se acostumbra y se vuelve caprichoso.
  • Hay que llevarlo a la guardería porque así se inmuniza; pero claro por otro lado, si dejas de trabajar pues vas a ser una madre fantástica porque sacrificas tu carrera profesional para cuidar de esa criatura y eso tu bebé te lo va agradecer toda la vida.

Total que te encuentras en un dilema. No sabes muy bien qué hacer. Si dejar de trabajar, reducirte la jornada o pedir una excedencia. No sabes si lo estás haciendo bien, si no lo estás haciendo bien, si debes hacer como te dice tú suegra, como tu madre, como tu vecina o como tu amiga… Así que, entre tanta duda, te vuelves loca. Y ya no sabes si es normal que corra antes que gatee, si hay que tirarse un pedo antes de desayunar, si hay que bañarlo antes de cenar o antes de dormir o por la mañana.

Tú lo intentas y haces un popurrí con todos los consejos intentando hacerlo lo mejor que te dicen, pero con la amarga sensación de que no lo estás haciendo ni tan bien, ni cómo quieres . Y para colmo olvidas hacer los ejercicios de kegel…

Por supuesto, le pones dibujos de Pocoyó en inglés y también le pones música clásica ya desde embrión para que el niño sea súper inteligente, el primero de la clase, lo mejor de lo mejor; y tú, claro, una madre fantástica y orgullosa por haberlo hecho así.

Parece que tienes un niño fuera de lo normal, más adelantado, más avispado que ninguno. Entonces empieza el cole y allí te das cuenta que obviamente todos los niños son especiales y que el tuyo no destaca ni más ni menos, ni menos ni más que los demás.

Total que haces todo lo que hace una súper mamá: coses los disfraces de las funciones de navidad, ensayas las canciones del show, te aprendes con tu hijo las poesías… Por supuesto, vas a todas la reuniones de padres y madres y vecinos y de todo.

Empiezas a apuntarle a clases extraescolares, porque claro esa mente y esas capacidades hay que explotarlas al máximo, así que le apuntas a inglés, a violín, a taichi y taichú… Que el niño tiene la agenda más apretada que un psicólogo.

Y entonces la vida se convierte en una carrera diaria:

Salimos del colegio, vamos para casa a merendar deprisita, que hay que hacer los deberes antes de las extraescolares. Vamos que nos vamos, que no llegamos a violín, y encima llueve y no puedo aparcar. Vuelta a recogeros, y ahora vamos a repasar para el examen de mañana y aún nos queda esa media hora de lectura, que tenemos que leer todos los días. Y por supuesto, ya llevas años sin hacer los malditos ejercicios de kegel.

Un refuerzo de matemáticas que no falte y un poquito de vocabulario de english of course.

Y a todo esto como súper madre te has planificado el día para salvar esa carrera de obstáculos: sal del trabajo con el tiempo justo de comprar la cena, el pan y la cartulina para la clase de plástica. Y sigue con el móvil de empresa atendiendo llamas a la puerta del colegio, de violín y de taichi y de taichú.

A final nos come el reloj: haz la cena (equilibrada en base a lo que haya comido a la hora del mediodía en el colegio) a toda máquina mientras el niño lee en voz alta y te pasa una nota para que la firmes.

Ducha, cena «rápida», cepillo de dientes y a la cama.

Y el pobre angelito o se queda dormido a los dos minutos que toca la cama, o no hay manera de que se relaje y coja el sueño, porque el pobre niño está más estresado que una mona en una jaula.

Y tú, qué eres…

…glamour mientras repasas la lista de «cosas pendientes» hasta perder la conciencia de puro cansancio, puro agotamiento y puro estrés.

Y te vas a la cama medio dormida: rogándote a ti misma que no se te olvide a la mañana siguiente preparar el bocadillo del recreo, sacar del congelador los canelones para la cena y firmar la maldita nota que no firmaste mientras preparabas la cena.

Yo ya decidí que voy a ser una madre, pero una madre de verdad

  • Para que recuerden cómo jugamos toda las tardes, cómo hacemos galletas y bizcochos caseros.
  • Preparamos la cena y cenamos en familia todos juntos, unos ponen la mesa, otros la recogen.
  • Incluso nos da tiempo a estar un ratito viendo algún programa de televisión los cuatro sin prisas con calma.
  • Me tomo buen rato para llenarlos de besos y de rascarles la espalda, de hacerles cosquillas y disfrutar de este ratito en el que estamos los cuatro juntos.

Que los niños no sean perfectos no es ningún defecto. Que yo no sea perfecta tampoco lo es. Defecto es ser una madre completamente obsesionada por tener la perfección en sus hijos en lugar de generar bonitos momentos.

No quiero que mis hijos me recuerden como una tía loca que se pasaba el día chillando y generando tensiones: el escaso tiempo y el reloj nos mata.

La vida pasa y ellos no van a ser niños para siempre.

Si no da tiempo hoy, otro día será, otro año será. Pero mientras, vamos a disfrutar de verdad de la maternidad, de estar con nuestros hijos, de jugar con ellos, de dibujar, de reír e inventar historias. Disfruta saltando en los charcos, aunque la ropa se ensucie. Disfruta de que compartan todas las cosas que han hecho en el colegio, de que nos hablen de cómo es ese chico que les gusta, que nos cuenten un chiste que es malísimo, pero que nosotros nos reímos igual.

Quiero disfrutar de mis hijos sin las presiones del resto del mundo. No tengo manual de instrucciones para ser madre, pero quiero tener la oportunidad de hacerlo como yo crea conveniente; porque lo quiero disfrutar, porque está bien recibir consejos, pero yo decido si los tomo o los dejo.

Si al final del día me siento en el sofá, hago un poquito de balance (trabajo, niños, ratitos de pareja…), termino el día con una sonrisa recordando esos pequeños momentos, esos besos y esas conversaciones que recibo de ellos, seguro que no sólo no lo estoy haciendo mal, sino que lo estoy haciendo genial.

No quiero ser la mejor madre del mundo mundial para los ojos de esta sociedad. Voy a ser la mejor madre del mundo mundial solo para los ojos de mis hijos.

¿Haces malabares para ser la mejor madre del mundo?

¿Qué madre quieres ser? Déjanos tu comentario, tu opinión es importante

Autora invitada: MaryShine. Llegó un momento en mi vida que quise ser YO. Tomar las riendas de mi destino y recuperar mi esencia.

Por | 2015-11-14T13:01:50+00:00 noviembre 13th, 2015|Tú opinas|16 Comentarios

About the autor:

Licenciada en Psicología por la UAM, Col. Nº M-16099. Experto en Psicoterapia Breve. Máster en Sexología y amplia experiencia como psicóloga y formadora en el área de la psicología de la salud y la educación. Fundadora de Tupsicologia.com, asesoramiento psicológico presencial y on line, un apoyo profesional y cercano

16 Comentarios

  1. sarita_velasco@hotmail.com'
    sakinamar en - Responder

    Me he reido muchísimo, y me he sentido identificada tanto con la primera parte como con la última. Al final, muchas somos mezclas de las dos situaciones. ser madre es dificilisimo, pero no lo cambiaría por nada en el mundo

    • Efectivamente, es muy complicado Sakinamar como dicés, pero compensa tanto, quiero demostrarlo con algo que me ha pasado hoy.
      Todos los días, meto en el coche a mis niños y primero hacemos parada en la guardería y después dejo a mi hija mayor en el cole. Hoy hemos salido del garaje, y mi hija ha empezado a contarme algo que le preocupaba y que le pasó ayer en el cole. Yo he pensado «qué momento para ponernos profundos con prisas, conduciendo…», pero después me he dado cuenta de que ERA SU MOMENTO, el momento en el que mi hija me necesitaba.

      Así que nos hemos dejado llevar por la conversación y cuando hemos llegado al colegio y hemos aparcado me dice. «Mamá, se nos ha olvidado dejar a Nico en la guarderia». Y ahí estaba mi chiquitín, tan calladito, que había estado escuchando a su hermana desahogarse

      Sí, la maternidad para mí, también son estos momentos,en los que sólo importan ellos y me olvido literalmente de todo lo demás.

      • malenalgete@hotmail.com'
        Malenachill en - Responder

        ¡Qué bueno Patricia, ja,ja,ja! Y que bonita razón para tu olvido. Esos momentos son geniales y son en los que nos convertimos en madres y cómplices de verdad. Un beso y buen finde :-))

    • 7maryshine@gmail.com'
      MaryShine en - Responder

      Si, quien más quien menos la primera parte todas las madres, sobre todo en nuestra primera experiencia, como futuras madres y ya madres novatas, nos han pasado estas cosas. Hacer esto o lo otro en lugar de llevarnos por nuestro propio instinto maternal.

      Es precisamente la segunda parte la más importante para mi, la que de verdad juega un papel importante en la salud mental de nuestros pequeños. Que sean más guapos o más listos es algo que ya viene dado por naturaleza, pero el hacer que tenga una riqueza emocional de buenos momentos, es solo nuestra responsabilidad, y quizás el trabajo más complicado… Porque vivimos a un ritmo muy exigente y de mucha velocidad.

      Vale la pena quitarse el reloj y dejar todo de lado, incluso si eso supone no tener la cena preparada y dejar deberes por hacer.

      :*

  2. Muchísimas gracias MaryShine por traer a mi Blog un momento de risas y de magia. Ha sido un placer tenerte por aquí y que compartas en mi casa el backstage de una súper mamá auténtica

    • 7maryshine@gmail.com'
      MaryShine en - Responder

      Gracias a ti Patricia por invitarme a este rincón tan bonito!

      :*

  3. elena.barragan@yahoo.es'
    Elena en - Responder

    Casi me da algo de la risa, yo cumplo con todas las anécdotas que pones, pero lo que sí tengo claro clarísimo por qué mi madre así me lo transmitió, es que el mejor legado que le puedes dejar a un hijo es tu amor, será un pilar fundamental en sus vidas. Lo demás, lo que hagas bien o mal serán meras anécdotas en sus vidas, pero tu cariño y amor, ese, lo llevaran el resto de sus vidas en sus corazones.
    Yo soy afortunada por qué a mí me ha tocado tener la mejor madre del mundo. Se llama Charo y la adoro. Nunca he conocido a nadie tan buena como ella. Mi vida es como es y yo soy como soy gracias a su amor incondicional.
    Mama TE QUIERO

    • ¡Qué bonita declaración Elena! Déjale a tu madre que lea tu comentario (y el artículo), seguro que le gusta. ¿A quien de nosotras no le gustaría que dentro de unos años su hijo pudiera escribir un comentario así de su madre? ¡Enhorabuena, afortunada!

    • malenalgete@hotmail.com'
      Malenachill en - Responder

      Precioso Elena lo que le dices a tu madre y cómo lo sientes. Un abrazo

    • 7maryshine@gmail.com'
      MaryShine en - Responder

      Las personas al madurar nos damos cuenta de muchas cosas, desde que el tomate frito que hacía nuestra madre era maravilloso y que nos negabamos a comer si no era comprado, pasando por esas bufandas que nos tejían, hasta esos momentos que tanto echamos ahora de menos, bien porque no podemos estar cada día con nuestros padres o porque alguno de ellos ya no está.

      El amor es algo tan grande que no se puede explicar, pero que queda grabado para siempre.

      Felicidades por tener una madre, la mejor del mundo mundial.

      :*

  4. cdiazreixa@gmail.com'
    Carmen en - Responder

    ¡Qué divertido! Me he reído muchísimo con el post y me siento totalmente identificada. A veces queremos abarcar más de lo que podemos y nos olvidamos de lo verdaderamente importante: pasar tiempo con nuestros hijos y hacerles saber que les queremos.

    Recuerdo especialmente a los hijos de unos amigos de mis padres: pasaban más tiempo en las actividades extraescolares que en su propia casa. Con el tiempo, la fórmula les funcionó a las mil maravillas, y hoy en día esos niños son excelentes profesionales con unas carreras verdaderamente impresionantes.

    Sin embargo, no cambiaría mi infancia de sábados en la montaña y domingos en familia por nada del mundo. La mejor lección que me dieron mis padres no se estila mucho hoy en día, pero sin duda a mí me ha dejado claro el mensaje de que el tiempo dedicado a nuestros hijos es la mejor extraescolar del mundo.

    Un abrazo grande y enhorabuena por el blog, ¡lo sigo con mucha atención!

    • Hola Carmen,
      ¡Qué suerte, esos findes de tu niñez! Pues no me parece casualidad que todos aquellos que tuvisteis una infancia con la extraescolar llamada «padres de cuerpo y alma presentes» ahora de adultos subrayéis tanto lo que os enriqueció y el hermoso recuerdo que de ello os queda.
      Lo cierto es que como madres hacemos lo que podemos, pero no está de más pararnos de vez en cuando a simplemente escucharles, compartir y estar presente, coste: 0 euros
      Un abrazo!

    • malenalgete@hotmail.com'
      Malenachill en - Responder

      Totalmente de acuerdo Carmen, todo el tiempo que les damos a nuestros hijos es el mejor legado que podemos dejarles, los momentos son un tesoro. Un abrazo y buen finde.

    • 7maryshine@gmail.com'
      MaryShine en - Responder

      Desgraciadamente muchos niños pasan más tiempo en el cole y en extraercolares que con sus padres. Y en la mayoría de las veces, el poco tiempo que pasan con sus padres, casi estorban. Porque hay padres que lo tienen dificil, realmente para conciliar, pero muchos otros no tienen ningún interés en estar con sus hijos. Y por supuesto, todo es respetable.

      Desde luego pasar tiempo con los peques es una de las mejores extraescolares del mundo. Y no hace falta dinero ni nada por el estilo, solo tiempo, que es tan valioso y tan escaso.

      Ir a saltar charcos (yo me he comprado unas botas de agua que estoy deseando que llueva para estrenarlas con ellos), hacer manualidades o reirnos sin parar tirados en la alfombra…

      Me gusta que dibujen, porque se ven tantas cosas y tantos sentimientos a través de los dibujos… Si hay soles, sonrisas y te dibujan grande… vamos por buen camino 🙂

      Sobre todo hay que buscar momentos, aunque sean pequeños. Dejar el movil, el whasap y dedicarlos enteramente a ellos.

      :*

  5. malenalgete@hotmail.com'
    Malenachill en - Responder

    Enhorabuena por tu artículo Mary Shine y gracias por compartirlo, me ha encantado, porque me ha hecho sonreír, reír, sentirme totalmente identificada, llorar de emoción, de todo, es genial y comparto totalmente todo lo que dices. ¡A la porra la perfección de los niños, de los padres!

    Simplemente a disfrutar de algo tan maravilloso como tener un hijo, con eso ya tenemos un tesoro. Un abrazo y buen finde para tod@s :-))

    • 7maryshine@gmail.com'
      MaryShine en - Responder

      A la porra las madres perfectas de melena bien peinada y tacón de aguja!.
      A la porra los niños impolutos y sin manchas!

      Yo quiero ensuciarme y despeinarme. Pasar un rato divertido y recibir besos y abrazos.

      Los hijos son los mayores tesoros del mundo. Creo que es el proyecto más ambicioso y mejor que cada uno puede hacer en la vida, al menos en mi caso. Son mi mayor creación, con sus virtudes, sus defectos, con sus mocos colgando y sus legañas mañaneras. Son lo más!

      Merece la pena dejar el Whasap (leí tu artículo Malenachill y me encantó) y centrarse solo en disfrutar de esa maternidad.

      Me alegra que te haya gustado y que hayas disfrutado!

      :*

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POR LA AUTORA DE ESTE BLOG

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