¿Dónde tienes la cabeza? ¿Estás en lo que estás? ¿Te distraes fácilmente?
Este artículo nace en respuesta a un lector que, como puede ser tu caso, se propone una tarea, se pone con ella, y antes de finalizarla, se desvía y se pone a realizar otra, ante la cual tampoco rinde al 100%, obteniendo como resultado final el no terminar ninguna de las dos.
¿Qué efectos tiene en ti el hecho de simultanear tareas sin control, planificación o criterio?
Pues seguramente ya te habrás dado cuenta que muchos y negativos. La factura de las distracciones no tarda en aparecer. Si metes demasiado en la maleta, algo se saldrá o se resentirá.
Sí, sé de lo que hablo, como puedes comprobar en mi artículo 50 cosas sobre mí, he sido capaz de cometer proezas tales como guardar un libro en la nevera, o arrancar el coche dejando mi móvil en el techo del mismo (¿dónde estará ahora?)
¡Qué tire la primera piedra quien esté libre de pecado! ¿No has tenido algún tipo de despiste similar? Hagamos un pequeño cuestionario a modo de confesión para tomar plena conciencia de algo que, pese a ser muy común, nos resistimos a ponerle remedio:
- ¿Ibas a coger algo a una habitación y cuando has llegado allí ya no sabes qué era lo que buscabas?
- ¿Estás hablando con alguien, hay una interrupción, y te sorprendes con que se te ha ido completamente lo que ibas a decir?
- ¿Te pones hacer varias cosas a la vez y cuando acabas te das cuenta de que se te han olvidado bastantes elementos de la secuencia?
- ¿Estás buscando tu pañuelo y cuando te das cuenta lo llevas puesto?
- ¿Dejas objetos en los sitios más inusitados y después no recuerdas cómo llegaron allí?
Todos nos vemos reflejado en cierto grado en estas situaciones, pero si eres de aquellos a los que esto les ocurre con frecuencia, te interesa sobremanera potenciar tu atención. Sí, has leído bien, el nivel de atención puede mejorarse y estos olvidos no son algo con lo que tengas que resignarte a vivir porque:
- Pueden hacer que tu rendimiento académico o laboral no luzca, pareciendo irresponsable o poco comprometido.
- Puedes perjudicarte a ti mismo, perdiendo dinero, objetos de valor, citas médicas que se te olvidan, fechas señaladas para tus seres queridos, etc.
- Puedes meterte en un círculo vicioso de estrés. Si estos despistes se apoderan de ti, te causaran a su vez una serie de problemas que te generaran ansiedad: no encuentro las llaves, no puedo salir de casa a mi hora, no llego a la cita médica, voy corriendo con el coche, tengo un accidente, cancelo mis citas, etc; me perjudico y además me coloco en una situación de alerta y ansiedad.
Entonces, ¿qué puedo hacer para ganar en atención?
Pues trabajarla con algunos ejercicios y recomendaciones como vamos a señalar a continuación, pero no pienses que por hacerlos un día vas a obtener resultados mágicos e inmediatos.
Tu atención puede potenciarse, sin lugar a dudas, mas requiere de una práctica continuada. Algunas propuestas para trabajar:
#1. Focaliza en el detalle.
Consiste en mirar fijamente un objeto físico concreto, puede ser algo exterior de la calle, un utensilio de tu casa, o alguna parte específica de tu cuerpo (el pelo, una uña, las venas de la muñeca, etc.). Cuanto más concreto sea lo que observes mejor, es decir, que no intentes hacerlo con un paisaje en general o con los transeúntes de la calle.
Tampoco se trata de mirar algo minucioso, pero sin mirarlo en sí. Este ejercicio no es “estar ensimismado” durante horas, mirando por ejemplo un vaso, pero con el pensamiento en mil destinos diferentes.
Me estoy refiriendo a seleccionar un objeto o parte de ti y mantener la mirada y la concentración en un mismo punto hasta que empieces a ver cosas en las que normalmente nunca te fijabas, una forma, un tono de color, un brillo o pliegue especial, algo que te llame la atención.
Intenta realizarlo 3 o 4 veces a la semana durante un tiempo. Siempre que quieras anclarte en el presente.
#2. Foco-fondo.
Como si de una cámara se tratase puedes entrenar tu percepción visual. Haz zoom acortando foco, pasando a estar atento a lo que tienes en primer plano, observa cada uno de los detalles que tienes delante de ti.
Ahora sin retirar la vista del primer plano, empieza a tomar conciencia del fondo, de lo que hay detrás, de lo que se presenta borroso a tus ojos. Sé consciente de ello, pero no desplaces los ojos hasta ello.
Y por último, haz lo contrario, mira lo que tienes en segundo plano o fondo, y ahora notarás cómo lo que tenías en primer plano aparece borroso. Simplemente toma conciencia y mantente concentrado en el ejercicio.
#3. El narrador en voz alta.
Cuando vayas a realizar rutinas que especialmente haces con cierto automatismo casi inconsciente como dejar las llaves, cocinar, hacer una llamada a la vez que te vistes, conducir a la vez que vas pensando en otra cosa, comprar, etc.; intenta ir narrando en voz alta cada una de las acciones que estás llevando a cabo, verbaliza en voz alta lo que estás haciendo.
Eso te ayudará a cometer menos despistes, errores o lapsus, y a estar mucho más atento al plano presente y consciente.
#4. Explora con los sentidos.
Una de las prácticas que más favorece el desarrollo de la concentración es la exploración con los sentidos, uno a uno.
Siéntate en un sitio cómodo, relajado y tranquilo. Puede ser al aire libre o en tu casa, cualquiera es válido siempre y cuando te permita cerrar los ojos y estar atento a todos y cada uno de los sonidos que van captando tu atención.
Al principio tal vez te parezca un conglomerado de sonidos que no logras diferenciar. Deja que, poco a poco, tu mente los vaya identificando hasta que puedas llegar incluso a contarlos. Notarás como al final has captado algunos que al inicio te pasaban desapercibidos.
Esta práctica puedes realizarla con el resto de sentidos: tacto, gusto, vista, olfato. Comprobarás cómo en poco tiempo mejora notablemente tu capacidad de abstraerte y mantener tu atención en el foco elegido.
¿Te cuesta mantener la atención?
¿Eres de los que pierden la concentración con facilidad?
Artículos relacionados
Deje su comentario