Niños responsables, niños felices y autónomos
Una de las demandas que los padres más hacemos a los niños es que ganen en autonomía. Conforme van creciendo, la lista de cosas que les vamos pidiendo es mayor (vestirse solos, partirse su comida, hacerse su cama, etc.) con el ánimo de ayudarles a ser más independientes, sin tener que estar supervisando, minuto a minuto, sus acciones.
Esto también podemos conseguirlo a través del juego, proponiéndoles un reto que favorezca la responsabilidad y el compromiso, a la vez que se divierten. No olvidemos que el aprendizaje es mayor en un contexto lúdico que en uno de carácter obligado, y si además le añadimos un componente humorístico mejor que mejor. ¡Sí, aprender jugando es posible!
Juego: Cuidando a mi huevo.
Material necesario: Un huevo, rotuladores y una caja con algodón.
Instrucciones: Con un rotulador escribimos en la cáscara el nombre que el niño elige para su nuevo amigo. Se trata de que personalice su huevo, los más pequeños pueden hacer un dibujo.
Si los niños son mayores o adolescentes, el adulto (monitor, profesor o padre) será el que firme el huevo, haciéndolo único e irremplazable, y disuadiendo así a los más pícaros de dar el cambiazo en caso de rotura.
Una vez que dotan de individualidad al huevo y asumen su cuidado, van estableciendo un vínculo que, simbólicamente, podría representar el que tendrían con una mascota, con la ventaja de que ningún ser vivo sale dañado si el responsable se despistara.
Para ello, es necesario que se encarguen de él las veinticuatro horas del día durante una semana (o unos días si el niño tiene menos de siete años). Esto implica llevarlo consigo siempre: cuando van de visita a casa de familiares, cuando salen con amigos (adolescentes), en el parque, en las comidas, en el baño, en el coche, en el autobús, etc. Los más cuidadosos, pueden aumentar la complejidad del juego durmiendo con su huevo, ayudándose de una caja en la que lo acomoden y lo mantengan, nunca mejor dicho, entre algodones.
El reto es que consigan convivir con su amigo don huevo esos días sin que se rompa, pero la gran finalidad encubierta es que alcancen un compromiso consigo mismos, trabajando la atención, memoria, esfuerzo, adquisición de rutinas y hábitos, etc. de una manera divertida y original.
Te dejo con un vídeo de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) en el que se dan ideas para educar el valor de la responsabilidad en niños y niñas pequeños a través del cuento animado «Mamá y sus pollitos»:
¿Qué otros juegos se te ocurren para aumentar su autonomía y responsabilidad?
¿Conoces otras dinámicas de grupo de este estilo?
Photo credit: Pentarux
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