Lo que un niño puede aprender el día de los Reyes Magos.
Una noche mágica que lleva tramándose con mucha antelación. Algunos niños comienzan a sentirse observados un mes antes por Sus Majestades, porque han oído eso de “si no te portas bien, no te traerán nada esa noche”.
Pocas veces hay tanta fe, inocencia e ilusión concentradas en unas mentes que desean con todas sus fuerzas que llegue la mañana siguiente para disfrutar de un sueño.
Por eso, los mayores no podemos obviar que detrás de este acontecimiento, hay experiencias y aprendizajes que dejarán poso el resto de la vida de ese niño.
Cuando un pequeño sueña un regalo, lo pide y lo recibe envuelto en magia, son muchos los mensajes que está interiorizando lentamente:
- Me lo merezco, soy merecedor de amor, de alegría y de gratificación.
- La ilusión trae cosas buenas.
- Es agradable celebrar y reunirse con la familia en torno a un festejo.
- Vivamos emociones positivas: alegría, sorpresa, gratitud, solidaridad, etc.
Lo cierto es que esta celebración se presta a ser interpretada de muchas maneras; de ahí que como adultos responsables en la educación de nuestros hijos, estemos muy atentos a los valores e ideas que queremos transmitir en estas fechas.
No ignoremos que además de estos primeros mensajes de ilusión y magia, acechan otros que pueden estar incorporándose inconscientemente, si no gestionamos bien el tema de los regalos: cuántos, cuáles y por qué.
¿Qué otros mensajes pueden ser potencialmente contraproducentes para los pequeños?
- Pide lo que quieras, cuánto quieras y como quieras, y se te concederá.
- No importa lo que necesites realmente o lo que te haga ilusión, lo importante es tener mucho y acumular.
- No hace falta que lo agradezcas, es obligación de los Reyes Magos traerte algo, dalo por sentado.
- Aunque te traigan todo lo que desees, siéntete insatisfecho, porque siempre puede haber algo más que podrías tener para sentirte bien.
¿Cómo te suenan estas palabras? ¿Asustan un poco, verdad?
Tal vez no tengas ninguna intención de trasladar estos mensajes a tu hijo, y al leerlos te hayan provocado rechazo; pero lo cierto es que, a veces sin darte cuenta, puedes estar enviando misivas que realmente no se corresponden con tus creencias y valores.
Se suele dar más importancia a lo que alguien hace que a lo que dice que hace. Resulta más fiable la conducta (los hechos) que las expresiones verbales o intenciones.
Esto hace que un niño acabe dando más credibilidad a las experiencias vividas que a las ideas conceptuales o consejos recibidos.
Así pues, tienes en el día de Reyes una estupenda oportunidad para enseñar a tu hijo algunas herramientas que le pueden ser de mucha utilidad:
#1. Autoevaluación y autocrítica
Como tu niño lleva tiempo oyéndote eso de “pórtate bien, que los Reyes Magos saben lo que estás haciendo durante todo el año”, puedes aprovechar esta idea para que revise su comportamiento de los meses anteriores, y sea él mismo quien valore qué conductas podría mejorar.
Puedes motivarle a hacer este ejercicio de autocrítica simplemente para incentivarle a regular su propia conducta, y a tomar conciencia de que las buenas acciones suelen tener su correspondiente consecuencia positiva.
#2. Toma de decisiones.
La reflexión aparece como elemento estrella desde el mismo momento en que se sienta a escribir la carta a los Reyes Magos.
Cuando le señalas a tu hijo que escoja y decida qué juguetes concretos y limitados va a pedir, contribuyes a hacerle responsable de su elección, a que vaya aprendiendo a pensar en términos de prioridades, pues a buen seguro habrá juguetes que quiera y queden fuera de esa carta.
#3. Generosidad y empatía.
Puedes proponerle que en la carta pida a Sus Majestades que se acuerden de alguien en particular (algún otro familiar, vecino, amigo, conocido, etc.) a la hora de dejar algún presente también en su casa.
Con ello, estarás enseñándole a imaginar cómo puede sentirse otra persona de ilusionada y contenta (empatía), y cómo puede él contribuir a generar esas emociones positivas en los demás.
#4. Tolerancia a la frustración.
Como son muchos los niños a los que tienen que visitar Sus Majestades , viajando con tantos regalos desde tan lejos, lo más probable es que no puedan traer todo lo que se les pide, ¿verdad?
Así que puedes ayudar a tu hijo a prepararse para asimilar que no siempre se obtiene todo lo que se quiere cuando se quiere, pero que no por ello tenemos que dejar de valorar y disfrutar de lo que tenemos.
De esta manera, le estarás enseñando a aumentar su tolerancia a la frustración en el futuro para que no se venga abajo cuando aparezcan obstáculos en su camino, o cuando tenga que dilatar la espera para obtener una recompensa a largo plazo.
#5. Gratitud.
Dar las gracias no es solo un acto de reconocimiento hacia el que te ha tratado bien, también es una práctica que ayuda a ser mucho más consciente de las cosas positivas que vivimos o experimentamos.
Hace unos meses me sorprendí gratamente cuando mi hija, por su propia iniciativa, decidía escribir una nota de agradecimiento al ratoncito Pérez el día después de haber amanecido con un regalo tras la caída de uno de sus dientes.
De la misma forma que tu hijo escribe una carta para pedir y expresar sus sueños, ¿por qué no le animas a que escriba también un mensaje de agradecimiento a los Reyes?. No solo valorará más lo que otros hacen por él, sino que sentirá más afortunado.
Al final de todo esto puede comprobarse,
que esta mágica noche es mucho más que recibir regalos,
¿qué quieres que sea para tu hijo?
¿Ayudas a tu hijo a escribir su carta a los Reyes Magos?
¿Qué significa para tu familia esta noche de Reyes?
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